miércoles, 10 de julio de 2013

Relatos del Viejo Antonio, "el dolor, sí se duele juntos, es alivio"


el dolor, sí se duele juntos, es alivio

En carta a Cristina y Carlos Payan, julio de 1997


...Decía el viejo Antonio que son muchos los ingredientes para que el pan que muchos llaman mañana se cocine.
Uno de ellos es el dolor, agrega ahora el viejo Antonio, mientras acomoda el tercio de leña junto al fogón.
Salimos a la tarde, abrillantada después de una de esas lluvias con las que julio pinta de verde a la tierra, y la doña Juanita se queda preparando el pan de maíz y azúcar que acá llaman "marquesote" y que, a la hora de servirlo, tendrá la forma de la lata de sardinas que le sirvió de molde.
No sé desde cuándo son pareja el viejo Antonio y la doña Juanita, y nunca se los pregunté. Hoy, en esta tarde de la selva, el viejo Antonio habla del dolor como ingrediente de la esperanza y la doña Juanita le cocina un pan como argumento.
Tiene noches que una enfermedad aqueja el sueño de la doña Juanita, y el desvelo del viejo Antonio la alivia con historias y juegos. Esta madrugada el viejo Antonio le ha montado un grandioso espectáculo: jugando con sus manos y la luz que viene del fogón, le dibuja con sombras una multitud de animales de la selva. La doña Juanita ríe del noctámbulo tepescuintle, del inquieto venado cola blanca, del ronco saragüayo, del vanidoso faisán y de la escandalosa cójola que pintan, sobre el lienzo de las paredes de su champa, las manos y la garganta del viejo Antonio.
--No me curé, pero mucho reí--me cuenta la doña Juanita--, no sabía que también las sombras son alegres.
Esta tarde la doña Juanita le cocina un "marquesote" al viejo Antonio, no para agradecerle la inútil medicina de la noche de las sombras alegres. Tampoco para él y su contento...
Es para dejar testimonio de que el dolor, si se duele juntos, es alivio y sombra que se alegra. Para eso cocina la doña Juanita el pan que sus manos y la leña del viejo Antonio nacen dentro de una vieja lata de sardinas.
Y, para que no se perdiera nunca, con café caliente nos comimos el testimonio del dolor conjunto de la doña Juanita y el viejo Antonio, ese dolor que se hizo alivio y pan compartido...
Esto que les contamos pasó hace muchos años, es decir, hoy.



Cap. XXV, Relatos del Viejo Antonio, Textos del Subcomandante Insurgente Marcos


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